dimarts, 5 de febrer del 2013

#Salvoalgunacosa


Qué bien te entiendo, M. A mí, me pasa igual. Así es mi vida, una gran mentira. Todo es mentira. Salvo alguna cosa. Soy una mentira con patas. Vivo rodeado de mentiras. La del amor, la de la vida, la de la muerte. Con tres mentiras vengo. Con tres mentiras voy tirando. Nunca he leído un libro entero. No consigo pasar de la primera página, la de la dedicatoria. Me duermo. Indefectiblemente. Única palabra que leí de los versos de Neruda, y que llevo anotada -para momentos comprometidos- en la bocamanga de las camisas que alguien, el otro, los otros, colocaron por mí en el vestidor de casa. Si apenas sé leer, te lo digo a ti, que puedes hacerte cargo. Apenas si sé escribir. Sólo la firma. Y gracias. Esto mismo que ahora lees lo escribe otro por mí, yo sería incapaz. Tu frase. Bendita frase, que gloria haya. Tu sentencia me ha hecho reflexionar. Como nos decían de niños, he hecho examen de conciencia. Me he enfrentado a mí mismo. Sí, mi vida es la de otro. Mi vida es la de muchos otros. La de aquel que ve hilillos en los borbotones. La de aquel que encuentra crematísticos -¿ves lo que te decía, M.? yo no sabía que tal palabra existiera- crematísticos sobres, decía, al dejar la americana descuidadamente en el sofá de antílope que alguien compró para mí, el otro, los otros, con los porcentajes del sueldo de un trabajo que no desempeño. No soy sino impostura. A los ojos del mundo que me desconoce sólo soy lo que ignoro ser. Y debería salir del armario, M. Yo, como tú, debería decir la verdad. Pero me cuesta, M. Yo, como tú, debería decirle a ese mundo: mirad, amigos, yo… yo… yo soy una estafa. Yo.. yo… yo no sé ir en bicicleta!!… De hecho, jamás subí a una bicicleta. Para qué, habiendo coches oficiales y taxis con expendedor de ticket. Me duermo, indefectiblemente, como si leyera, ante las primeras pedaladas del Tour. No sé qué es una rueda, sino la de sobres. Ni una cadena, sino la de favores. Ni un maldito cambio, sino el de chaqueta. Y así, con esta habilidosa impostura que tanto desarrolla la mentira cotidiana y sistemática, he llegado a las más altas cumbres de la infamia. Y he aprovechado la ocasión para ponerlas en nómina. Pero como no sé sumar -restar se me da mejor-, otro me lleva las cuentas. Y no me fío, que hay mucho como yo suelto. Por eso, todo es mentira. Salvo alguna cosa que no recuerdo, porque no la llevo anotada en la camisa. Sí, he hecho examen de conciencia, M., y, al igual que tú, la llevo pendiente para todos los septiembres de la eternidad.

El Otro.

5 comentaris:

  1. Sí es muy bueno ,yo diría excelente ,imagino que M es mariano y el que habla barcenas o me equivoco? de todas formas es genial,Enhorabona i beset

    ResponElimina
  2. Jp, moltes gràcies, però el mèrit és d'El Otro. :)

    Concha, imaginas medio bien. Un bes molt fort.

    ResponElimina
  3. Pues salvo alguna cosa todo parece del uno: no del trino; del uno que no es el otro.. bueno, felicita a quien sea

    ResponElimina
  4. Gracias, en nombre de El Otro que no es el uno. :)

    ResponElimina