dijous, 3 de març del 2016

Finiscoeli


"De mi inveterada afición al pedaleo, señorías, sabedora es mi mujer. De tal suerte que, si en cocina de casa entráis, encontrar podréis, en el seno de una humilde bolsa plástica, y del tirador de cualquiera de las puertecillas de su mobiliario suspendidas, unas pantuflas con forma de bota, afelpadas en su interior, a la espera de no se sabe muy bien qué. Y eso lo entenderán ustedes, señorías, enseguida: un vaso es un vaso y un plato es un plato, sobre todo junto al fregadero, lo dicen los tratados europeos. Y tales concomitancias no son casuales, señorías, sino producto son de una mía debilidad que confesar debo: me gustan los catalanes porque hacen cosas. Sí, cosas, bien digo, y no preguntas. Como aquella inquisidora impertinencia sobre los hilitos -cuatro en concreto con aspecto de plastilina en estiramiento vertical, que lógicamente los expertos aún están estudiando realmente qué significaban- cuatro hilitos entre el bonito del norte y el besugo gallego; más en concreto, el pontevedrés o lerense. Lo que supondría la declaración del bonito o besugo -según las conclusiones a las que lleguen- como pescadilla non grata. Y es que los gruesos puros habanos y las finas ruedas tubulares, como bien saben sus señorías, tienen geometrías tan contrarias y pertinentes que ahora comprendo el porqué de la paradójica situación por la cual ni Hitler ni Stalin pasaron por Pontevedra, lo que confirmaría la cuadratura de círculo tan  triangular como que España es un gran país y tiene españoles. Ah!, y los españoles, muy españoles y mucho españoles. Y esto lo asimilarán tan fácilmente como que el vaso es un plato, y el plato una biela. Tan rápidamente, como que dije que bajaría los impuestos y los estoy subiendo. No, no he cambiado de criterio: lo que nosotros hemos hecho es engañar a la gente. Trabajar. Hacer. Crecer. Y si me permiten la maríadolorosa cita: saquear España. Fin de la cita. Somos sentimientos y tenemos personas humanas. Aún queda mucho por hacer. Crecer. Hacer. Trabajar. Tenemos que fabricar máquinas que nos permitan seguir fabricando máquinas, porque lo que no va hacer nunca una máquina es fabricar máquinas. Así actuamos. Y quiero agradecer al gobierno cubano la posibilidad que me brinda de transmitir a los españoles un mensaje de esperanza: ETA es una gran nación. Porque para nosotros es el alcalde el que quiere que sean los vecinos el alcalde. Permítanme, señorías, para finalizar, expresar esa inquietud que tantos de nuestros aficionados comparten, y que hoy aquí dilucidamos: sí, hemos perdido la liga nacional, lo admitimos. ¿Y la europea? Nuestros votaremos no."

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