dimecres, 28 d’octubre del 2015

Adiós, muchachos...


Adiós, muchachos, compañeros de mi vida,
barra querida de aquellos tiempos.
Panceta, beicon, cansalada y cervecita,
debo alejarme de esta buena muchachada.
Adiós, muchachos, ya me voy y me resigno…
Contra el porcino todos se hallan…
Se terminaron para mí las botifarras,
mi miedo al cerdo no resiste más…

Acuden a mi mente
aromas de otros tiempos
sabrosos los momentos
que antaño disfruté
cerquita de mi boca
la chuletita
y el jamón catalana
que tanto idolatré…
¿Se acuerdan que era hermoso,
el bocata jugoso,
tomate, aceite y cerdo,
perfecta comunión,
mas el Señor, celoso
lanzó su mano
y en un tonto descuido
me lo llevó?

Es OMS el juez supremo.
Chorizos y chistorras.
Morcillas y cortezas
su ley han de acatar,
pues mi vida peligra
con los mandatos
del entrecot, la güeña
y el costillar también.
Codillos, solomillos,
salchichas y cecina,
tocino y barbacoa
que nunca olvidaré
y al darles, mis amigos,
mi adiós postrero
les da mi bici al tiempo
su bendición…

Adiós, muchachos, compañeros de mi vida,
barra querida de aquellos tiempos.
Filete, pierna, osobuco y cervecita,
debo alejarme de esta buena muchachada.
Adiós, muchachos, ya me voy y me resigno…
Contra el vacuno todos se hallan…
Se terminaron para mí las parrilladas,
mi cuerpo gaucho no resiste más…

Ah!, no. Que em diuen que no. Que no tot està perdut, amics. Ací baix, l'antídot:

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