De aquí
Desde que le robaron su bici, siento una cierta complicidad con G.P. A mí, me pasó igual. No es la primera vez, además, que cruzo mi costoso pedalear de Valenbisi, de vespertina vuelta a casa, con su no menos espesito ritmo de carrera -mediática?- en el viejo cauce del Turia, enfundado en su ceñidita camiseta blanca y la sonrisa de "pagas tú" que lo caracteriza. Sitio, por lo visto, el cauce, a la altura del Ágora, cómo no, que se está convirtiendo en una verdadera jungla entre el asfalto. Déjame decirte, G.P. (no confundir con Gran Premio de F1) que tanto aquel luctuoso hecho, el robo de la bici, como el sorprendente encuentro del otro día, son señales que deberías tener muy, pero que muy, en cuenta. Un camisa blanca como tú, un triple o cuádruple "ex" (he perdido la cuenta, la verdad) que ha entrado de lleno en la deriva de los "vice" (y ojo!, cuando seas nombrado "exvice") habría de leer entrelíneas tales acontecimientos. Qué haces, encima, por si no fuera bastante inquietante lo que observo, con camiseta gris y sacando pecho frente a una culebra que no redujiste tú? Esta actitud provocativa puede costarte realmente cara. Porque G.P., debo comunicarte que van a por ti. Y son los tuyos. Aquellos que, hasta no hace ni cuatro estafas, te consideraban uno de los suyos. Y si no, cómo sabía tu dirección la culebra de herradura (¿recuerdas la cabeza de caballo sangrante de El Padrino?) Y ojo, G.P., que la de herradura bastarda es ligeramente bastarda, perdón, quería decir venenosa. Ha llegado a mis oídos, querido G.P., por si crees que exagero, que en Quart. Sí, hombre, que no recuerdas dónde es la sede del partido?. Ah!, que ahora caes. Pues cuidado. A lo que íbamos, que, en Quart, ya se te conoce como Nadine, ese ciclón o tempestad tropical que nadie sabe a dónde va ni qué quiere; es decir, su comportamiento -el tuyo, por lo que parece- es calificado de errático. Tanto o más, que tu decisión de hacerte una chaqueta con la piel de la herradura. Nadie, en efecto, había desafiado tan mayúsculamente a los capos de Nuevas Vegas. De hecho, he llegado a preguntarme si debajo de tu camisa blanca no se esconde un verdadero cazador blanco cuyo corazón negro se mueve como pez en el agua entre los peligros de la selva negra, no de bosques, sino del pegajoso alquitrán de las mentiras.
Sempre que veig aquest ... d'això ... senyor ... ehem! ehem! cof! cof! cof! ... em pregunte: de què fa? Més que res perquè no l'escolte que mareja i avorreix.
ResponEliminaVan a por él, desde luego. Y con esa chaqueta, acbará como aquel de Piel de serpiente. No se puede ir de tan sobrado.
ResponEliminaClidice, heus ací la gran pregunta: de què fa?, jo crec que el tenen de chavalote pa' lo haga falta.
ResponEliminaJosé Luis, es que els xiquets en Valencia son aquellos que desde la cuna todo dios les ha dicho que valen mucho, son muy guapos y se lo merecen todo, hasta las serpientes.
és un ximple integral...molt bó el post.beset
ResponEliminaTu ho has dit, Concha: un ximple integral. Un bes
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