Con diez dedos por banda,
viento en proa que bici frena,
nada corta y menos, vuela,
un ciclista pequeñín.
Grimpeur pirata que llaman,
por su locura, el Vicicle,
en todo puerto que se cicle
del uno al otro confín.
El frío en su faz riela,
en la oreja gime el viento,
y alza en forzoso movimiento
olas de sudor y baba;
y ve el grimpeur pirata,
cantando ahogado en la bici,
Absinthe a un lado, al otro Valenbisi,
y allá a su frente la cueva de Alí-Bába:
"Rueda, ciclo mío,
sin temor,
que ni enemigo impío
ni tijeras, ni venganza,
tu sueño a torcer alcanza,
ni a sujetar tu ilusión.
Nunca pesas
hemos hecho
a despecho
del fitnéss,
y han rendido
sus embestidas
cien ventiscas
a mis pies.
Que es mi bici mi tesoro,
que es mi dios pedalear,
mi ley, verso y aliento,
mi única patria, rodar.
Allá muevan feroz lloro
ciegos reyes
por un gramo más de oro;
que yo tengo por indigno
cuanto abarca el latrocinio
a quien nadie impuso leyes.
Y no hay cima,
sea cualquiera,
ni ataque
a traición,
que no sienta
mis razones
o argumentos
sin concesión.
Que es mi bici mi tesoro,
que es mi dios pedalear,
mi ley, verso y aliento,
mi única patria, rodar.
A la voz de "¡racha viene!"
es de ver
cómo se aferra y previene
la embestida a superar;
que soy el rey del pedal
y mi furia es de leer.
En las mesas
yo divido
lo comido
por igual;
sólo quiero
por riqueza
la belleza
del pedal.
Que es mi bici mi tesoro,
que es mi dios pedalear,
mi ley, verso y aliento,
mi única patria, rodar.
¡Sentenciado estoy a muerte!
No me río,
no me abandone la suerte.
Del mismo que me condena,
veremos su miseria en antena,
quizá en su propio desvarío.
Y si caigo,
¿qué es la bici?
Por ganada
ya la di,
cuando el yugo
del esclavo,
con un canto,
describí.
Que es mi bici mi tesoro,
que es mi dios pedalear,
mi ley, verso y aliento,
mi única patria, rodar.
Son mi música mejor
rodamientos,
el susurro y primor
del tubular de fina seda,
del negro asfalto que embelesa
y el rugir de mis jadeos.
Y del trueno,
la lejanía,
y del viento,
su ausencia,
no me duermo
ni sosegado,
o arrullado
por creencias.
Que es mi bici mi tesoro,
que es mi dios pedalear,
mi ley, verso y aliento,
mi única patria, soñar".
viento en proa que bici frena,
nada corta y menos, vuela,
un ciclista pequeñín.
Grimpeur pirata que llaman,
por su locura, el Vicicle,
en todo puerto que se cicle
del uno al otro confín.
El frío en su faz riela,
en la oreja gime el viento,
y alza en forzoso movimiento
olas de sudor y baba;
y ve el grimpeur pirata,
cantando ahogado en la bici,
Absinthe a un lado, al otro Valenbisi,
y allá a su frente la cueva de Alí-Bába:
"Rueda, ciclo mío,
sin temor,
que ni enemigo impío
ni tijeras, ni venganza,
tu sueño a torcer alcanza,
ni a sujetar tu ilusión.
Nunca pesas
hemos hecho
a despecho
del fitnéss,
y han rendido
sus embestidas
cien ventiscas
a mis pies.
Que es mi bici mi tesoro,
que es mi dios pedalear,
mi ley, verso y aliento,
mi única patria, rodar.
Allá muevan feroz lloro
ciegos reyes
por un gramo más de oro;
que yo tengo por indigno
cuanto abarca el latrocinio
a quien nadie impuso leyes.
Y no hay cima,
sea cualquiera,
ni ataque
a traición,
que no sienta
mis razones
o argumentos
sin concesión.
Que es mi bici mi tesoro,
que es mi dios pedalear,
mi ley, verso y aliento,
mi única patria, rodar.
A la voz de "¡racha viene!"
es de ver
cómo se aferra y previene
la embestida a superar;
que soy el rey del pedal
y mi furia es de leer.
En las mesas
yo divido
lo comido
por igual;
sólo quiero
por riqueza
la belleza
del pedal.
Que es mi bici mi tesoro,
que es mi dios pedalear,
mi ley, verso y aliento,
mi única patria, rodar.
¡Sentenciado estoy a muerte!
No me río,
no me abandone la suerte.
Del mismo que me condena,
veremos su miseria en antena,
quizá en su propio desvarío.
Y si caigo,
¿qué es la bici?
Por ganada
ya la di,
cuando el yugo
del esclavo,
con un canto,
describí.
Que es mi bici mi tesoro,
que es mi dios pedalear,
mi ley, verso y aliento,
mi única patria, rodar.
Son mi música mejor
rodamientos,
el susurro y primor
del tubular de fina seda,
del negro asfalto que embelesa
y el rugir de mis jadeos.
Y del trueno,
la lejanía,
y del viento,
su ausencia,
no me duermo
ni sosegado,
o arrullado
por creencias.
Que es mi bici mi tesoro,
que es mi dios pedalear,
mi ley, verso y aliento,
mi única patria, soñar".
Si ser sincero puedo
ResponEliminay hay confianza bastante,
te lo digo muy quedo,
esto tuyo es alarmante.
:-))))
vigila els bistecs en lontananza! ^^
ResponEliminaaixò és estimar una bici la resta són contes...Vicicle beset.
ResponEliminaLo mismo dice mi esposa:
ResponEliminaesto tuyo es de Lepe.
Cariño, -es mi escusa-
culpa es todo de un tal Pepe. :)
Clidice, Irún no el trepitjo ni boig, i menys en bici. :)
Concha, és que la ventada d'ahir, riu amunt va ser bíblica. Un bes.
Millor que l'Espronceda! i més actual!
ResponEliminaMés actual com a molt. Gràcies, Elfree.
ResponEliminaUn poeta amb bicicleta... oh! sin haberlo planeado me ha salido un pareado! ;p
ResponEliminaVisca el verset del porquet
ResponEliminai la bicicleta poeta!!